¿Cuántas veces me habré obsesionado en recuperar aquello que perdí aquello que creí que me pertenecía eternamente? No me atrevo a contarlas, quizás por miedo a darme cuenta que no he vivido pensando en aquello que ya no está conmigo; por temor a abrir los ojos y comprender que buscando aquello que se fue, pierdo lo que me encontré durante este camino. Puede que hubiera olvidado que si hay algo que no está en mi vida, que hubiera decidido marcharse para nunca volver...fue porque algo mejor me estaba esperando. Es con el tiempo que se aprende que las cosas pasan por alguna razón, una razón que nosotros tenemos que encontrar o darle sentido. Es probable que sea con la experiencia que se aprende que no merece la pena cerrarse en un mundo que no aporta nada para crecer por alguien que no supo estar a la altura de las circunstancias y que tenemos que dar paso a otro ciclo. La despedida de una persona, puede que nos traiga la llegada de alguien que esté hecho para uno. Así que, no perdamos el tiempo pensando en lo que pudo ser y no fue... y disfrutemos del qué es, del ahora... dejando las puertas abiertas al qué será.
Escrito por C. © 2011
0 comentarios:
Publicar un comentario