¿Quién iba a imaginar que ahora estaríamos así? Yo sin ti y tú sin mí. Separados, y sin saber nada uno del otro. Como si no hubiera pasado nada. ¿Han cambiado tanto las cosas? Parece que dejaste de querer de la noche a la mañana, parece que perdiste las ganas de compartir los planes del futuro, parece que perdiste la ilusión, las ganas de luchar. Ahora ya parece que me has echado de tu vida. Ni siquiera sé si te importo o has dejado de ser esa persona que creí conocer. Es como si hubieras desvanecido del mundo. Ni rastro de tus huellas. ¿Cuántas veces me he planteado volver a contactar contigo? No las puedo contar. Una detrás de otra, me pregunto si seria una buena idea. Al final de la batalla, mi parte racional siempre me acaba convenciendo que es mejor así, esperando que si algún me echas de menos tú volverás conmigo, regresarás a mi vida. Intento entender que por algún motivo tú no estás a mi lado, que no fuiste capaz decir "Amor, juntos podemos con todo". Tan sólo pudiste escucharme, agachar la cabeza y marcharte de mi lado. Dentro de mi, me hubiera gustado que hubieras tapado oír las palabras que nos iban a llevar a esta situación. Pero ¿qué otra cosa podía hacer si te sentía cada vez más distante, como si se hubiera apagado en ti la fuerza del amor? No sé si algún día llegaré la razón que nos llevó a esto, tan sólo sé que esto no era lo creía que me esperaba. Pensaba que la vida me iba a recompensar con tu presencia. Pero tú figura desapareció de ella. Se difuminó poco a poco desde que aquella tarde que te despediste de mí. Y ahora me toca superar paso a paso los obstáculos que se interponen en mi día. El recuerdo de tus besos, de tus caricías, de tu mirada, de los momentos que compartimos, de las sonrisas que fuiste capaz de sacarme. El recuerdo de tus fotografías aún presentes aquí, dentro de mi espacio, me impiden seguir removiendo todo de mi cuando me cruzo con ellas. No me dejan continuar. No puedo pasar página porque una parte de mí sigue sujeta a ti. Pero sé, soy consciente, que tengo dejarte atrás, que tengo que desprenderme de tu aroma, de ti. Desprenderme de tu imagen en mis pensamientos, de este sentir en el corazón, y dejar que los recuerdos recorran otro camino. Que se conviertan tan sólo un instante del pasado sin que cobren vida cada vez que salen a la luz. Y que permitan que esta obscuridad se vaya difuminando con el tiempo... aunque sé que con tu despedida te llevaste una parte de mí.
Escrito por C. © 2012
