Dos Corazones, Un Mismo Latir

Tú eres parte de mi vida y tan sólo quisiera que demostraras el valor de tus palabras. Todas y cada una de las palabras que pronunciábamos tienen un valor pero muchas veces se pierden. Llega un momento en que se necesita algo más. Recuerdo cada palabra bonita que ha salido de ti; recuerdo cada gesto de cariño que has tenido conmigo... Un día me dijiste: tus sentimientos y pensamientos y los míos forman nuestra relación. ¡Cuánto te equivocas! Sólo son la parte esencial de esto pero yo no quiero quedarme atrapada en esta casilla... ¿tienes claro que quieres tú?

Aún estando tan ausente en mi vida, estás presente en cada segundo. Te pienso en cada momento. Y son esos momentos los que más duelen. Duele amarte así, amarte tanto. Duele quererte. Duele pensarte. Hasta soñarte se me hace duro. Ni siquiera sabes cuánto duele imaginar el roce de tu piel. Estos días, estando presente a pesar de tu ausencia, me he dado cuenta que te necesito más de lo que pensé y aunque quiera negarlo, me gustas más de lo que pueda imaginar o disimular. Sé que no eres consciente de lo que se avecina en nuestras vidas. Quizás me equivoque, quizás me de cuenta que tan sólo eres un capricho... pero no quiero quedarme con la duda de ¿cómo será compartir mis momentos contigo? No hay día en que no me imagine cómo son tus besos, el tacto de tu piel, el olor de tu cuerpo...

Tu mirada y tu sonrisa al mirarme me cautivaron. Tu sentido del humor tan especial es lo que me alegra mis días. El sentimiento de mi querer es lo que me hace superar los obstáculos que me pone la vida; me hace esperar el momento indicado para unir dos cuerpos lejanos, dos almas, dos corazones en un mismo latir.

Escrito por C. © 2010

Edición: ckcm © 2010