Sin saber por qué,
esto se me ha escapado de las manos.
No te miento. No miento a nadie.
Sólo a mí. Eso es lo peor.
Me repetí una y otra vez:
"Todo es por nuestro bien,
es algo que no tiene porque doler".
Pero, de nuevo, me equivoqué.
Duele. Duele sentirse tan impotente.
Pero, durante este tiempo,
he sido capaz de aprender algo nuevo;
ver más a menudo el lado positivo,
hacerme más fuerte en cada complicación.
Escrito por Chandra © 2010
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